POR AQUÍ DE NUEVO

Comienza un nuevo curso en Gera. Todos los primeros días son muy parecidos, es cierto: conocemos a los nuevos fichajes, hay ganas de contar muchas cosas, de ver a viejos conocidos... No se aprecia mucho, en cambio, el mismo interés por trabajar... Es normal, tiempo al tiempo. Estamos todos un poco oxidados, hemos de ir entrando en situación poco a poco. 

Subimos al primer equipo un jugador del juvenil, Hugo. Seguro que lo pasamos muy bien con él. A su vez, se incorporan dos canteranos nuevos, Lucas y María. Sentimos no haber podido sacarles fotos a todos, estábamos planificando la temporada con la presidenta del equipo... Por último, traspasamos al más veterano, Ángel, a ligas mayores. ¡Mucha suerte por el IES! Seguro que le va a ir fenomenal.

Además hay una noticia este año que, por ya sabida, no deja de ser triste: la marcha del "teacher".  No sólo los peques lo van a sentir, los mayores -si cabe-, lo lamentaremos en mayor grado. Nada menos que 18 cursos en Gera, que se dice pronto. En todo este tiempo, puedo asegurar que ni peques ni mayores tendrán un sólo recuerdo malo de él, son todos buenos. La paciencia infinita, el talante, la ayuda que prestaba, el trabajo, lo fácil que era convivir con él; todo ello puede aplicarse tanto a discentes como a docentes. Estamos y estaremos todos en deuda con él. Y es que además, le tocó llevar el timón de la nave durante los cursos de la pandemia. Quedan lejos ya las mascarillas, la ventilación, todas esas cosas que no nos gusta recordar. Dentro de todo ese vendaval, no imaginamos a nadie haciéndolo mejor de lo que él lo hizo. Y justo es decirlo, amén que es de justicia que se le reconozca, el esfuerzo extra en forma de incontables tardes y noches organizando papeles, cuadrando cuentas, resolviendo problemas y colocando el colegio al día. Es muy, muy difícil que encontremos quien lo supere, ni como maestro ni como compañero. Pero así es la vida...

En fin, tiempo habrá para agradecerle todo, porque además su marcha nos pilló a todos a medio verano, con algo de sorpresa. Mientras tanto, uno que ya es mayor, se pone a rememorar tiempos y se da cuenta de que ya sólo quedo yo, de todos los maestros con los que empecé el primer año de Gera. Unos por un merecido descanso, otros porque están felizmente lejos, unos cuantos más que han orientado sus vidas profesionales hacia otros lares... ya no queda nadie. Da que pensar, leñe. Que pensar y que contar, ya sean batallitas, años, canas... se puede elegir. De momento -y es lo importante- seguiremos narrando lo que acontece en este privilegiado remanso de paz en forma de colegio. ¡Empezamos!